martes, 26 de mayo de 2009

PROTOCOLO DE MONTREAL.

En un planeta donde cuesta ponerse de acuerdo para actuar en favor del ambiente, el Protocolo de Montreal podría convertirse en un convenio emblemático cuyo cumplimiento ayudaría a resolver un problema de los tiempos modernos: el deterioro de la capa de ozono.
El
Protocolo de Montreal fue suscrito en 1987 y en la actualidad unas 180 naciones se han comprometido a cumplir con sus metas de reducción en la producción de gases CFC (clorofluorocarbón), halones y bromuro de metilo, cuya presencia en la atmósfera es considerada la principal causa del adelgazamiento en la capa de ozono.


En coincidencia con el Día Mundial de la Preservación de la Capa de Ozono el 16 de septiembre, el 2002 fueron divulgadas las conclusiones preliminares de una evaluación científica sobre este problema. Los especialistas dijeron que el Protocolo de Montreal se ha cumplido, y que en los próximos años la capa de ozono podría recuperarse, pero también advirtieron que será necesario continuar honrando los acuerdos internacionales para mantener esa tendencia.
El problema comenzó a ser conocido por la opinión pública a comienzos de los años 80, y en 1983 fue suscrito el
Convenio de Viena, el primer instrumento destinado a generar acciones para la preservación del ozono. Pero en ese entonces el tema aún no era prioritario: apenas 20 países participaron.


Con los años el problema del hueco o agujero de ozono fue divulgado ampliamente: el adelgazamiento de la capa de ozono impediría el filtro adecuado de los rayos ultravioleta, lo cual a su vez podría causar problemas para la vida en el planeta.
El Protocolo de Montreal entró en vigencia en 1989, cuando 29 naciones más la Unión Europea, productores de 89 por ciento de las sustancias nocivas para la capa de ozono, lo habían ratificado.
En este momento uno de los temas clave es la participación de los países en desarrollo en el cumplimiento de las metas de Protocolo de Montreal, que plantea dejar de utilizar productos nocivos para el ozono. La meta es lograrlo para el 2010.


Además de una Secretaría del Ozono del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el Protocolo ha generado otras instancias, como un Fondo Multilateral destinado a ayudar a los países en desarrollo al reemplazo tecnológico requerido para dejar de usar productos que dañan la capa de ozono.


El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Banco Mundial, tienen proyectos que apuntan en la misma dirección: hacia el cumplimiento de lo dispuesto en el Protocolo de Montreal.


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